Cuando es necesario trazar en la pizarra dibujos complejos, siluetas de mapas, y otros elementos gráficos y el docente no posee las habilidades necesarias para ello, puede valerse de los patrones perforados. En una lámina de cartón, cartulina o papel grueso de tamaño adecuado se traza el dibujo que se desea realizar en la pizarra.
No importa si ya está escrito o impreso como un afiche, por ejemplo, entonces por las líneas principales se comienzan a hacer perforaciones con un punzón o clavo, separadas por uno o dos centímetros aproximadamente, de manera que cuando lo ponemos a trasluz podemos distinguir perfectamente la silueta.
En el momento de la clase se pone el patrón sobre la pizarra y se sacude el borrador, dándole golpecitos sobre las líneas agujereadas, tratando de no levantar mucho polvo. Cuando retiramos el patrón nos queda sobre la pizarra una serie de punticos blancos que podemos unir con líneas y ya tenemos de una forma rápida y adecuada nuestro dibujo. Es una forma de utilizar racionalmente el tiempo y de aprovechar muchos carteles y afiches que quedan obsoletos después que han cumplido la función para la que fueron diseñados.